Baja presión en las llantas
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¿Baja presión en las llantas? Así afecta tu consumo de gasolina

¿Baja presión en las llantas? Así afecta tu consumo de gasolina

Si desea gastar menos al llenar el tanque de su vehículo, probablemente no piense de inmediato en la presión de las llantas. Sin embargo, este detalle podría marcar la diferencia. ¿Es posible que algo tan sencillo como el aire de las llantas impacte el consumo de gasolina? La respuesta es afirmativa. Por eso, Bridgestone le invita a descubrir cómo la presión de las llantas se relaciona con el ahorro de combustible.

¿Influye la presión de las llantas en el consumo?

Efectivamente, la presión adecuada de las llantas contribuye a un consumo de combustible más eficiente. Cuando las llantas no cuentan con la presión correcta, el motor necesita esforzarse más para mantener la misma velocidad y recorrer la misma distancia. Esto se traduce en un mayor gasto de gasolina y una reducción en los kilómetros por galón (KPG). Por ello, si nota que su vehículo está consumiendo más combustible de lo habitual, revisar la presión de las llantas debe ser uno de los primeros pasos para identificar la causa.

¿Qué impacto tiene la baja presión de las llantas en el consumo de gasolina?

Cuando las llantas no están bien infladas, ofrecen mayor resistencia al rodamiento, es decir, la fuerza que se opone al movimiento del vehículo sobre la carretera. Esto afecta de manera significativa el rendimiento del combustible. Probablemente lo haya notado si alguna vez ha manejado una bicicleta con las llantas medio desinfladas: se requiere más esfuerzo para avanzar y, aun así, el progreso es menor. Lo mismo ocurre con el vehículo, ya que las llantas poco infladas se deforman más, lo que incrementa la energía que se pierde por fricción y flexión.

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Otros efectos de circular con baja presión en las llantas

Además de disminuir la eficiencia del combustible, manejar con llantas desinfladas puede generar otros problemas, tales como:

  • Desgaste desigual de las llantas: Las llantas con poca presión se desgastan más rápido en los bordes que en el centro, lo que provoca un desgaste prematuro y puede obligarlo a reemplazarlas antes de lo previsto.
  • Mayor distancia de frenado: Podría pensar que una mayor resistencia al rodamiento ayudaría a frenar más rápido, pero sucede todo lo contrario. Las llantas desinfladas tienen menos agarre en la carretera, aumentando la distancia necesaria para detener el vehículo.
  • Riesgo de reventones: El desgaste acelerado y la acumulación de calor por un inflado insuficiente pueden causar un fallo repentino de la llanta. A diferencia de un pinchazo, un reventón es una explosión repentina que puede arrancar la banda de rodamiento a altas velocidades, dañando la carrocería e incluso provocando pérdida de control del vehículo.
  • Conducción menos estable: La baja presión también reduce la estabilidad del vehículo, haciendo que la dirección responda menos debido a la energía que las llantas absorben por deformación.

Para evitar estos inconvenientes, se recomienda revisar y ajustar la presión de las llantas al nivel adecuado al menos una vez al mes y siempre antes de emprender viajes largos. Si no está seguro de cuál es la presión correcta para su vehículo, consulte el manual del propietario o la etiqueta que generalmente se encuentra en el marco de la puerta del conductor.

¿Es buena idea inflar demasiado las llantas para ahorrar gasolina?

Podría pensar: “Si la baja presión aumenta la resistencia al rodamiento, ¿inflarlas más de lo recomendado no reduciría esa resistencia y ahorraría combustible?” En teoría suena lógico, pero en la práctica, no es recomendable. Un inflado excesivo disminuye la tracción, deteriora la calidad de manejo y eleva el riesgo de reventones.

Para mantener un rendimiento óptimo y prolongar la vida útil de las llantas, lo ideal es seguir las especificaciones del fabricante, asegurarse de que estén correctamente infladas y realizar rotaciones periódicas.

La presión de las llantas no solo influye en el consumo de combustible, sino también en la seguridad, el desempeño y la durabilidad del vehículo. Dedicar unos minutos al mes para revisar y ajustar la presión puede mejorar el ahorro de gasolina, la estabilidad al conducir y la vida útil de sus llantas.