5 Carros ensamblados en Costa Rica
Aunque muchos no lo crean, durante los años 60 y 70 nuestro país tuvo una importante actividad en el ensamble de vehículos nuevos de diferentes marcas.
Ensamblarlos en Costa Rica reducía considerablemente los costos de importación, porque en un solo embarque se aprovechaba mejor el espacio y además existían ventajas fiscales.
Hoy te presentamos cinco carros que no sabías que se ensamblaron en Costa Rica.
Rambler American
Entre los años de 1963 y 1964, el empresario Xavier Quirós Oreamuno, quien en ese momento también comercializaba la marca Rambler, fundó la empresa ECASA (Ensambladora de Centroamérica Sociedad Anónima).
Esta se ubicaba en Pavas, y ahí se ensamblaron los modelos Ambassador, American, Rebel y Classic.
Opel Kadett
Este auto alemán, muy popular en los años 60 y 70, era distribuido por Lachner & Sáenz y fue ensamblado en nuestro país por COOPESA (Cooperativa Autogestionaria de Servicios Aeroindustriales R.L.).
Jeep
En el año 1974, el empresario Allan Rodríguez fundó Pro In, compañía que se ubicaba frente al Hospital México.
Esta empresa ensamblaba los modelos Jeep CJ5, Cherokee Chief y Honcho.
Tal vez alguien recuerde estos últimos por ser las famosas “perreras” utilizadas por el Poder Judicial para transportar presos (y también cadáveres).
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Range Rover de primera generación
Uno de los mayores símbolos de estatus y confort todoterreno de nuestro país se ensambló en Costa Rica por Ensambladora Automotriz S.A. durante más de diez años.
Por eso, la gran mayoría de Range Rover de dos puertas que circulan aún en el país conservan la plaquita de Ensambladora Automotriz S.A.
Datsun 120Y
Uno de los sedanes más populares de nuestro país durante finales de los años 70 y principios de los 80 fue el Datsun 120Y, que contaba con un diseño moderno y atractivo, un motor confiable y un espacio interior amplio y confortable.
Aquí se repite la historia, pues fue nuevamente la cooperativa COOPESA la que ensambló estos Datsun 120Y de 1979 en adelante.
La historia del ensamble automotriz en Costa Rica es un recordatorio de una época en la que la creatividad y la iniciativa local marcaron diferencia.
Pocas veces se habla de este capítulo, pero fue gracias a estos proyectos que nuestro país logró dejar huella en la industria automotriz regional.
Rescatar estos hechos no solo es mirar al pasado, sino reconocer la capacidad que tuvo —y aún tiene— Costa Rica para innovar.
Detrás de cada una de estas máquinas ensambladas aquí, hay ingenio, trabajo y pasión por los autos.
Agradecimiento especial al señor José María Arias por compartir su conocimiento sobre esta valiosa etapa de la historia automotriz nacional.